III Congreso, (8 al 11 de septiembre de 1982)
El Tercer Congreso Hemisférico de Cámaras de Comercio e Industria Latinas reitera su total apoyo al sistema de libre empresa como un factor fundamental para el desarrollo y progreso de las naciones del mundo y expresa su rechazo a las políticas que pretenden reemplazar el sistema de libre empresa en áreas reconocidas como participantes del mismo, como ocurrió en México con la imposición del control gubernamental en el sistema bancario privado.
Recomienda al sector privado de las Américas la adopción de organismos coordinados entre los sectores públicos y privados de las respectivas naciones, que protejan las instituciones políticas y económicas de cada país.
Reafirma la necesidad de la unión continental que permita un fuerte crecimiento económico en Latinoamérica y el Caribe.
Hace énfasis en la importancia de la iniciativa de CAMACOL, de desarrollar las relaciones entre los Estados Unidos y América Latina. También exhorta a los empresarios privados a participar en el proceso político en sus respectivos países, como un medio para reafirmar esos principios fundamentales de la existencia de libertad para la humanidad y para la empresa privada.
Apoya y defiende el plan del Presidente Reagan para el Caribe y recomienda adoptar un programa similar para todos los países del hemisferio.
El Tercer Congreso Hemisférico de Cámaras de Comercio e Industria Latinas reitera su total apoyo al sistema de libre empresa como un factor fundamental para el desarrollo y progreso de las naciones del mundo y expresa su rechazo a las políticas que pretenden reemplazar el sistema de libre empresa en áreas reconocidas como participantes del mismo, como ocurrió en México con la imposición del control gubernamental en el sistema bancario privado.
Recomienda al sector privado de las Américas la adopción de organismos coordinados entre los sectores públicos y privados de las respectivas naciones, que protejan las instituciones políticas y económicas de cada país.
Reafirma la necesidad de la unión continental que permita un fuerte crecimiento económico en Latinoamérica y el Caribe.
Hace énfasis en la importancia de la iniciativa de CAMACOL, de desarrollar las relaciones entre los Estados Unidos y América Latina. También exhorta a los empresarios privados a participar en el proceso político en sus respectivos países, como un medio para reafirmar esos principios fundamentales de la existencia de libertad para la humanidad y para la empresa privada.
Apoya y defiende el plan del Presidente Reagan para el Caribe y recomienda adoptar un programa similar para todos los países del hemisferio.
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